Javier Antonio Cordero Nevares, un menor de dieciseis años y estudiante de educación especial, fue ejecutado en el interior de un vehículo tras recibir quince (15) impactos de bala por siete (7) agentes y un (1) sargento de la Policía de Puerto Rico luego de una persecución vehicular en la noche del lunes, 1 de agosto de 2022. El menor de edad estaba desarmado, y los oficiales dispararon sobre sesenta (60) veces.

La investigación sobre la muerte de Javier Antonio se completó el 15 de abril de 2024, y dos días luego se radicaron cargos criminales contra 6 de los agentes que dispararon al niño, por asesinato, tentativa de asesinato, y violaciones a la ley de armas. Solo una de las agentes enfrentará una denuncia por asesinato. La jueza Irraida Rodríguez, sin embargo, determinó que no hay causa para el arresto de los policías en los cargos presentados. Fiscalía anunció que irá en alzada.

Ese miércoles, 17 de abril, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) en Puerto Rico presentó una demanda civil contra nueve oficiales del Negociado de la Policía de Puerto Rico, así como al Comisionado de la Policía Antonio López, por la muerte del joven.

Cronología del caso:

Según información, un intercambio entre agentes de la Policía de Puerto Rico y una persona que no había sido identificada ocurrió en la Urbanización La Riviera en el área de Puerto Nuevo en San Juan luego de una persecución vehícular por un vehículo hurtado. El “hombre” resultó herido y murió en la escena entre las calles 40 SO y 15 SO. Posteriormente se reveló la identidad del jóven, quien no conducía un vehículo registrado como hurtado por la Policía. No se le ocupó arma de fuego alguna, por lo que no pudo haber un intercambio de disparos. 

Asimismo, el 3 de agosto se reveló que tres patrullas estuvieron involucradas en esta intervención. Los agente involucrados fueron identificados como Giovanny Santiago Avilés, Luis Vélez Mari, Carmen Cacho, Félix de Jesús Flores, Roxanne Ruiz Cisneros, Kevin Meléndez Monsegur y Paola Farría Santiago. El sargento fue identificado como Ángel Alicea.

Alegadamente, la Policía hacía una vigilancia para recuperar un vehículo hurtado en la madrugada de ese mismo día. Alrededor de las 9:00 PM oficiales del Negociado de Vehículos Hurtados de Carolina y del Precinto de Puerto Nuevo comenzaron una persecución vehicular para detener la guagua que presuntamente fue hurtada. Le dieron seguimiento hasta la urbanización donde los oficiales pidieron refuerzos para intervenir con el joven.

Se reportó que cuando el joven se encontró en una calle sin salida entre las calles 15 SO y 40 SO de la urbanización la Urbanización La Riviera en San Juan, los agentes bloquearon la salida con sus vehículos y se bajaron de estos para intervenir con él. 

Alegadamente Cordero Nevárez retrocedió en el vehículo, se trepó sobre la acera de la calle e intentó escapar, lo que los agentes usaron como justificación para abrir fuego en más de 60 ocasiones. El adolescente cayó muerto sobre la acera luego de recibir alrededor de 15 impactos de bala. No se le ocupó arma de fuego.

El Comisionado de la Policía de Puerto Rico, Antonio López Figueroa, alegó que el joven “intentó arrollar a los Policías y ahí es que comienzan los disparos”. 

Hay al menos una casa que recibió disparos de bala por parte de los policías. 

A la escena llegaron agentes y oficiales del Cuerpo de Investigaciones Criminales de San Juan y de la rama uniformada. La fiscal Quiñones, al iniciar la investigación, solicitó la intervención del NIE.

Se informó que se ha comenzado una pesquisa en contra de los siete agentes, incluyendo a un sargento, que dispararon y dieron muerte a Javier Antonio Cordero Nevares. Algunos de los agentes bajo investigación son graduados de la última academia de la Uniformada y que llevan alrededor de un año o menos en la Policía de Puerto Rico. 

Alegadamente, el sargento presente, Ángel Alicea, no disparó y fue desobedecido cuando le ordenó a los agentes graduados que no dispararan. Asimismo, una de las agentes no disparó e impidió que otra oficial disparara.

Aunque los agentes y el sargento involucrado fueron desarmados y citados por la fiscalía, el comisionado de la Policía, Antonio López Figueroa, indicó que los oficiales involucrados no están suspendidos, que sus armas fueron ocupadas para "fines de investigación" como parte del "protocolo regular" y que se les asignará otras armas para que "continúen con sus funciones".

Javier Antonio Cordero Nevárez tenía 16 años, solo tenía su licencia vigente de aprendizaje y era vecino de Caparra Terrace en Puerto Nuevo en San Juan.

La información proviene de artículos tomados de la prensa: El Vocero, El Vocero(2), Telemundo, Telemundo(2), Noticel, NotiCentro, NotiCentro(2), Metro, Metro(2),  Primera Hora, TuNoticiaPR, RadioIsla, El Nuevo Día, WIPR