Es de extrema preocupación que la nueva orden ejecutiva de Toque de queda pretende regular el espacio privado e incluso la concepción también privada de lo que es el núcleo familiar. Esta disposición, que pretende controlar supuestas "tertulias" o conglomeraciones en residencias privadas, es absolutamente excesiva, trasciende las medidas estrictamente necesarias de restricción y abre la puerta a un nivel de intromisión del Estado que es muy peligroso y pone en riesgo a comunidades desaventajadas, que son las más intervenidas por la Policía.
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